Aire suave en la cocina
del apartamento,
dulce, sensible...
Redactas la carta
para saber que más allá
de lo que pase, estarán
tus letras tintadas en negro
para dos eternidades.
Viento suave
amargo en la garganta.
Te paralizas, miras el techo
y caes y parece que
nunca llega el golpe
o quizá sí.
El caso es que
la luz se abre dando paso
a una nueva vida, la última,
la mejor...
Muerte dulce en una
noche de verano.
Cuando éramos pequeños, éramos grandes soñadores. Sueños imposibles, tu amor en aquel rincón del pasillo, besos inesperados, Navidades y sus consecuentes regalos, Papá Noël, casarte con algún futbolista o alguna actriz famosa, una historia de amor de las películas americanas, tu primer polvo, la universidad...
No sé, son muchas cosas, no puedo nombrarlas porque es algo subjetivo, algo personal e incondicional...pero sé que soñábamos cada uno de nosotros y que admitiéndolo, guardamos todos esos sueños en un cajón de los recuerdos y nos avergonzamos de ello y nunca lo sacamos a la luz por prejuicios, críticas amenas y desconsuelo.
Sé por descontado que yo aún lo sigo haciendo, sigo siendo aquella inocente que SUEÑA con encontrarme con Brad Pitt, o no, qué coño, seamos originales, CONTIGO y pasar los mejores momentos. Porque sé que aún nos queda años y que hay mucho que disfrutar porque las mejores locuras se hacen ahora y sino, ¿cuándo?.
Por eso, ahora yo me tiño el pelo de rosa, me pongo las bragas más cantosas de mi armario y las enseño porque me gusta, bebo e invento, descubro lo que tú y tú no habéis podido hacer todavía, me enamoro y me asusto, me tiro por un puente sujeta a dos cuerdas, me caigo de un caballo y me levanto riéndome, comento y cotilleo, me voy con este pero me gusta el otro y me rayo, me fumo un porro y digo "Está bueno y ¿ahora qué?", empiezo a fumar y averiguo que es malo, me detengo a pensar que mi vida es perfecta, no echo de menos a mi madre y a mi padre, estudio y estudio hasta reventar, fracaso y me levanto para que salga un mar de dudas hacia mi futuro, me veo invencible, me noto insatisfecha (no por los yogures), me siento sensible y frenética e impotente en situaciones... y un mar infinito de cosas.
Llegará un momento en que las situaciones las valore como "normales", "buenas" o "malas" y no irá más allá de eso, no haré de una cosa tan pequeña un mundo y por descontado me volveré aburrida y triste ante las miradas críticas de la gente.
Sueño con poder tener una vida normal después de estas locuras y sueño con acordarme de TODO lo vivido en el pasado, en el momento CUMBRE de nuestras vidas... ahora!, AHORA es el momento. Quitaros la ropa y rodemos.
